Por no estar hecha a imagen y semejanza de Dios, me siento persona.
Por no tener como función ser útil al hombre, me siento persona.
Por no ser sumisa ni atenerme sólo a la función de engendrar hijos, me siento persona.
Porque ─a pesar de que no me permiten enseñar─ enseño, me siento persona.
Porque satisfago mi propia lujuria, me siento persona.
Porque soy fuerte en el vicio y tengo un alma fuerte, me siento persona.
Porque soy el defecto más perfecto de la naturaleza, me siento persona.
Soy persona por encima de cualquier creencia, idea o pensamiento, y me siento bien.
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