miércoles, 2 de marzo de 2011

Para lo elemental, odas elementales

Estos días de atrás me perdí entre las sombras de lo COTIDIANO y hablé con el poeta de esas cosas de siempre que teníamos que hablar; esas cosas sin duda inolvidables…

“La ventana del pueblo”, Carmen Montalbán

… y, sin duda, olvidadas.

La oda elemental que les canta el poeta a los chismes anexos a la vida diaria se escribe con la tinta invisible del instante y suena ─como el llanto de lo humilde─ con un eco tan sordo como amargo.

¿Tú crees que la poesía levanta un monumento para las ruedecillas que engranan en el alma de la gente miles de cachivaches rutinarios?
Yo misma me respondo y me contesto: quizás, así, se salven del estigma fatal de la chatarra y no floten sobre aguas del olvido ni mi beato sofá ni los ojos que tiene este libro que leo (que no me ven, me saben).

Así pues, el poeta entona canciones sobre el asfalto y brinda por aquello que mi retrovisor se va dejando atrás, siempre, nostálgico.

“Mi espejo retrovisor”, Carmen Montalbán

El poeta del que hablo ─y que me habla─ también hace retratos de interior de las cosillas que me tienen presa: mi balcón y su cristal, que hasta sin viento repiquetea; mi lápiz, que se deshace aunque se quede quieto, por respeto a la idea; cada una de las piezas con que escribe mi máquina; el cobre que conduce sus locuras; mi cama, que se queja; los besos que florecen en mi almohada; el desván de mi madre, y un reloj, sin el cual no sé dormir siquiera…

Hasta por los fogones se ha colado el poeta, para cantarles a las risas del aceite; al libro de cocina; a rojas medias lunas de sandía; a la cebolla, eterna, y a estas moscas divertidas, raudas, revoltosas, que revolotean sobre mi agonizante cubo de basura… ¡demasiado vivas!


"El desván de mi madre", Carmen Montalbán


¿Qué por qué no se olvida el poeta de estas cosillas simples de las que yo me olvido?: porque hasta mi ropero responde a su canción con ese baile inmóvil con que también mi última chaqueta se quedará colgada una mañana, acaso sin saber que me habré ido.


"Canicas en el patio", Carmen Montalbán

*Recorte elaborado con citas de algunos de los poetas enumerados al final de mi entradaQue tenemos que hablar de muchas cosas”.

2 comentarios:

parkerazul dijo...

Preciosas fotos, Carmen.
Y yo creo que sí, que la poesía engancha muchas cosas que al verlas no las creeríamos tan poéticas.

Un saludo

BEATRIZ dijo...

Solo la gente con tanta sensibilidad sabéis ver y hacer poesía con las cosas mas sencillas y cotidiana, suerte que tenemos algunos de poder disfrutar de ello